Pocos son los afortunados, mínimas las oportunidades y lo mas terrible,

saber donde quieres estar y tener que renunciar.

 

Años de ilusión, esfuerzo y en muchas ocasiones vocación, son relegadas a un segundo plano

por el empuje de la sociedad moderna.

 

La necesidad constante por seguir el ritmo de esta vida que no da tregua, sueños olvidados por el simple echo de no poder bajarse del tren, que una vez en marcha, ya no tiene parada.

 

Hoy en día, a muchas personas lo que les da la vida, les mata.

 

Suaves pinceladas del artista que pone cafés,

lindas canciones del cantante que vive entre paredes de cemento y obra,

fantásticas lineas del escritor que vive su peor final.

 

Es comprensible que no todos podemos disfrutar de todo lo que soñamos, pero lo que no podemos tolerar es que hoy seamos la mayoría quien olvida la razón por la que ha pelado tanto y por el objetivo de ser, quien un día soñaste.

 

29/10/13