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No al racismo

Podemos lograrlo. Quizás nos lleve mucho tiempo o quizás solo unos minutos, pero tengo la certeza de que un día, espero no muy lejano, el color de nuestras pieles deje de tener cierta importancia en nuestro planeta.

 

No he entendido jamás el porqué a tanto odio, el porqué a un racismo visceral que nos atrapa y nos deja sencillamente desnudos, sin ideas. Y si me lo paro a pensar, quizás sea por ese motivo precisamente, por el que una persona con un cerebro deliberadamente minúsculo no llegue alcanzar lo que realmente tiene en su mano, en su mente.

 

Mentes cerradas. El mundo acapara todas y cada una de esas palabras, se han adueñado de todas ellas, ahora ya nadie piensa por sí mismo, nadie quiere algo realmente para él, la vida es un tira y afloja y el mundo nos brinda por ello, una categóricamente absurda comercialidad.

 

Ilógico consumo, Racismo, Xenofobia... quizás solo sea cosa mía, pero en los antiguos tiempos cavernarios, en esos en los que el problema común era no tener que llevarse a la boca, vacilaban en ideas tangentes como en las de ofender a las personas por sus ideales, algo, que se nos da estupendamente a todos, en la actualidad.

 

Y tan grande es mi tristeza por ello, por esos valores negativos que el tiempo y la experiencia nos han ido inculcando, que apenas tengo ganas de seguir, puesto que todo me conlleva dolor. Un sufrimiento permanente que habita en mi aura con fervor, y que duele, duele en el alma, duele a más no poder, y no puedo ni quiero, ni siquiera sé cómo evadirlo.

 

Cada paso que doy me demuestra que este mundo no está preparado, no está preparado para seguir, para evolucionar, para brindarnos la magia que pocos merecen palpar. No estamos preparados para la vida, o esperad, quizás la vida sea, la que no está preparada para la humanidad. Sea como sea, no importa el esfuerzo que nos avive, tampoco la negatividad que nos transmita, debemos pararlo, debemos lograrlo.

 

Varinia.

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